A pesar de haber tenido una corta carrera debido a su prematura muerte, Hank Williams se ha convertido en un icono de la música country, y un referente para los músicos que vinieron tras él. Es el prototipo de artista atormentado y autodestructivo, enganchado al alcohol y las drogas, en su caso, la morfina que usaba como calmante.
Fue un artista muy precoz; empezó cantando en coros de iglesia, luego tocando blues en la calle, y más tarde llegando a ser uno de los máximos exponentes del estilo honky-tonk, con sus temas tristes que hablan de amores perdidos, infidelidades, soledad, alcoholismo, …, etc. En 1947 graba Honky Tonkin’, que se convertirá en un gran éxito:
Ese mismo año firma por MGM Records, su carrera despega y grabará éxitos como Move it on over, y sobre todo Lovesick Blues, que le convierte en una rutilante estrella:
Los éxitos se suceden, y la vida le sonrie a Hank Williams. En 1951 llega al nº1 de las listas con el tema Hey, Good Lookin’:
También de 1951 es una de sus más exitosas canciones, Cold, Cold Heart, un clásico que ha sido grabado por infinidad de artistas de estilos diferentes:
Pero en la cima de su carrera, junto a las luces empiezan a aparecer las sombras en forma de desaveniencias matrimoniales, problemas de salud derivados de una dolencia vertebral, y adicciones a los calmantes y al alcohol. Así, empieza la senda autodestructiva y la cuesta abajo que desembocará en su prematura muerte mientras viajaba en el asiento de atrás de su lujoso Cadillac cuando se dirigía a un concierto. Fue el fin de una carrera corta, pero intensa, que nos dejó más de cien canciones, un estilo inconfundible, y una imagen legendaria. Sus canciones han sido versioneadas por muchos artistas, como Jambalaya, otro de sus temas más conocidos, grabado en 1952:
